Por Javier E. Gómez
Cuando se dice la palabra “tras bastidores” en el ámbito del espectáculo latino de Nueva York, rápido se piensa en Fernando Campos.
Personalmente conocía que se trataba de un colega periodista, columnista, co-propietario y director de la revista “Canales”. También sabía que pertenecía a la directiva de la Asociación de Cronistas de Espectáculos de Nueva York (ACE), que cada año otorga premios a lo más destacado del teatro, la radio, la televisión, y el cine local y latinoamericano. No obstante, desconocía que este dominicano fuera uno de los pioneros en el ámbito latino de behind the scenes, con más de 30 años de experiencia y reconocimiento.
Lo que sucede con Campos, natural de Santiago, es que desde sus respectivos sillones en “Canales” y la ACE ha procurado respaldar y fortalecer el mundo de la farándula, tendiéndole la mano en especial a los teatreros y artistas locales.
“Existía un gran vacío, una orfandad en los medios de comunicación. No se estimulaba el sector artístico, ni se reconocían nuestros valores”, afirma el periodista que labora desde su propio apartamento, donde está enclavada la redacción de “Canales”.
Campos llegó a Nueva York en 1949, cuando solo tenía 15 años de edad. Su padre laboraba para la embajada dominicana en la ciudad y lo trajo con pasaporte de diplomático. Había vivido su adolescencia en Puerto Plata, donde trabajó como artista gráfico en 3 cines diferentes. Diseñaba los carteles y redactaba los programas.
Ya en Nueva York estudió en la escuela secundaria de Comercio, antes situada en los terrenos del Lincoln Center. Mientras, y tal y como lo hacía en Puerto Plata, asistía a innumerables representaciones teatrales.
Más tarde quiso ser actor y llegó hasta trabajar en Broadway, cuando la compañía de Alejandro Ulloa representó en el Teatro Broadhurst la pieza “Don Juan Tenorio”. También participó en la primera radionovela que realizó en Nueva York la actriz Miriam Colón, “Lo que la vida nos niega”.
“Pero un día decidí que no quería ser otro José Ferrer (fallecido actor puertorriqueño ganador del Oscar por “Cyrano de Bergerac”). Mi hermano Rafael, muerto de cáncer en 1985, fue quien continuó y llegó a hacer casi 30 películas”, afirma Campos.
Cuando reclutarse en el ejército era obligatorio, el ahora presidente honorario de la ACE y único miembro fundador que aún permanece en la organización, fue enviado al Fuerte Dix de Nueva Jersey, donde cumplió su tiempo como bibliotecario. Una vez fuera de allí, laboró para la petrolera Exxon.
Su experiencia como cronista de espectáculos comenzó en 1968 con la revista “Temas”, la publicación de farándula hispana más antigua de Nueva York. Nueve años más tarde se unió a Albert White para adquirir a “Canales”, entonces un semanal al estilo TV-Guía llamado “Canales de Televisión”.
Campos cuenta con uno de los mejores archivos en la ciudad de fotografías y recortes de periódico, que documentan la trayectoria del espectáculo hispano. Empero, también cuenta con un archivo de anónimos y cartas insultantes, las cuales le enviaban sus “colegas” de la farándula.
“Es el celo de personas mediocres”, dice riéndose.
A los 62 años de edad, Campos sigue trabajando hasta “las mil de la mañana”. Promulga orgulloso que no ha pasado ni un día en el hospital y que le quedan muchas fuerzas para seguir luchando por una mayor exposición del talento local en la radio y la televisión del área.
Publicado originalmente en El Diario/La Prensa, domingo 23 de febrero,
1997, como parte de la columna dominical “Tras Bastidores”, escrita por Javier
E. Gómez, y dedicada a los trabajadores, personalidades, gestores, y
comunicadores culturales y artísticos, del “behind the scenes” del mundo
hispano del espectáculo en Nueva York.
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